Decir que las tarjetas de crédito nos complican la vida puede ser una afirmación cierta. Pero decir que la única razón por la que esa afirmación es cierta es porque nos generan un sinfín de deudas, no es verdad.
El problema no es que el banco, por medio de las transacciones que realizamos con sus tarjetas, nos preste la plata. El problema, entre otros, es que la cantidad de controles que implementa cuando alguien le pide una tarjeta de crédito (persona natural o una empresa) es absurda. El trámite resulta ser una pérdida de tiempo.
Los que más sufren con eso son los emprendedores.
El proceso de pedir una tarjeta de crédito es tan engorroso que no podemos sentir más que decepción cuando, por ejemplo, un emprendedor ha sufrido la cantidad de papeleo exigido, de filas eternas y de tiempo perdido solo para descubrir que la tarjeta de crédito que por fin le dieron (y casi no le dan) tiene un cupo que no le alcanza para nada.
Para febrero de 2021, se publicaron varios rankings que buscaron responder la siguiente pregunta: “¿Cuál es la mejor tarjeta de crédito en Colombia?”. El criterio para dar respuesta a este interrogante, en la mayoría de casos, fue la tasa de interés.
Y… ¿por qué debería importarte esto?
Seguramente estarás familiarizado/a con esto: Cada vez que realizas un pago con tu tarjeta de crédito (ya sea de manera online o física en un establecimiento de comercio), la pregunta inmediata que te hacen es la siguiente:
¿A cuántas cuotas?
Si mandas el pago a una cuota, no pagas intereses. Entonces, si lo que compraste te costó $1,000 pesos (que pagaste con tu tarjeta de crédito), al mes siguiente el banco te cobrará esos mismos $1,000 pesos que te prestó. Eso quiere decir que no estarás pagando intereses.
El problema de esto es que si usamos una tarjeta de crédito es porque, en la mayoría de los casos, no nos es posible pagar lo que gastamos de una vez y en un solo pago. Necesitamos diferirlo a más cuotas para poder asumir, en los meses siguientes, ese gasto que hicimos con la plata que el banco nos prestó.
Y aquí viene uno de tantos problemas.
Para las tarjetas de crédito, la tasa de interés impuesta por los bancos y permitida legalmente puede llegar a ser hasta del 30%. ¿Qué significa eso? Que si te gastaste 1.000 pesos, el banco podrá cobrarte, en los meses siguientes, esos 1.000 más un porcentaje adicional calculado sobre ese valor (ese porcentaje podrá ser hasta del 30%). ¿Y por qué? Porque puede hacerlo. Es el porcentaje de tasa de interés legalmente permitido.
A febrero de 2021, Davivienda manejaba una tasa de interés para tarjetas de crédito del 23,86%, Bancolombia del 23,59%, Itaú del 23,38%, Scotiabank Colpatria del 25,15%, y así sucesivamente. Todas dentro del margen legalmente permitido: 30%.
Entonces, además de que:
El trámite para pedir una tarjeta de crédito es completamente engorroso e ineficiente y…
Corres el riesgo de que no te la den, o te la den con un cupo absolutamente limitado si el banco no te ve tan confiable como para que le pagues lo que te presta…
Te cobran un ojo de la cara si, de entrada, no pagas todo a una cuota, porque es precisamente en este tipo de cobros en donde está el negocio de algunos bancos.
¿Qué te puedo decir?
No, la mejor tarjeta de crédito no existe todavía.
Y sí, esos intereses son legales.
Lo que sí te puedo decir es que, aunque parezca increíble, hoy en día puedes asumir los gastos de tu empresa con la tarjeta débito empresarial de Mono, con la que no tendrás que soportar intereses, hacer filas eternas o perder tiempo. Lo único que tienes que hacer para pedirla y dejar, por fin, de confundir tus finanzas personales con las de tu empresa, es contactarnos aquí vía WhatsApp.
Sí, podrás pedir una tarjeta débito online para tu empresa simplemente escribiéndonos por WhatsApp. El proceso no tardará más de 20 minutos.
Increíble, ¿cierto?